Antiadherentes: Los moldes de pasteles suelen tener una capa antiadherente para facilitar la liberación del pastel sin que se quede pegado al molde.

Resistentes al calor: Deben ser capaces de soportar altas temperaturas del horno sin deformarse ni dañarse.

Fácil limpieza: La superficie del molde debe ser fácil de limpiar, ya sea a mano o en el lavavajillas.

Material seguro para alimentos: Se fabrican con materiales seguros para el contacto con alimentos, como acero inoxidable, aluminio anodizado o silicona de grado alimenticio.

Variedad de formas y tamaños: Hay moldes de pasteles disponibles en diversas formas y tamaños para adaptarse a diferentes recetas y preferencias.

Bordes altos: Los bordes del molde suelen ser altos para contener la masa del pastel y evitar que se desborde durante la cocción.

Duraderos: Deben ser duraderos y resistentes al desgaste para garantizar un uso prolongado.

Compatibles con diferentes métodos de cocción: Algunos moldes son aptos para horno, microondas o congelador, lo que amplía sus posibilidades de uso.

Fácil liberación: Muchos moldes están diseñados con características que facilitan la liberación del pastel, como bases desmontables o laterales que se abren.

Distribución uniforme del calor: Un buen molde distribuye el calor de manera uniforme para asegurar una cocción equitativa del pastel.